miércoles, 15 de octubre de 2014

Mis empanadillas dulces.

 


    Jejejeje, bueno... mís empanadillas dulces en realidad no son mías, jejejeje. Pero son una receta sencilla de esas que hacíamos en casa colaborando con los mayores y que la he seguido haciendo desde entonces, porque gusta mucho.
   
    Son unas simples obleas rellenas de crema pastelera y espolvoreadas de azúcar. Un recurso fácil si de repente te viene alguien a comer o a tomar un café, porque es un postre rápido y sin complicaciones.

    Y habrá quién me diga, sí pero la crema pastelera... bla, bla, bla... Pues vamos a partir de la base de que todo está inventado y recurriremos a la que nos ofrece Royal, que con un poquito de leche la tenemos lista en un abrir y cerrar de ojos.



    Y con las obleas, hago tres cuartos de lo mismo y preparo las que nos ofrece La cocinera.

  
    En el bote te dice exactamente cómo preparar la crema, sin complicaciones, ya veréis...




Ponemos una cucharada del preparado en la oblea y cerramos por la mitad.



    Y la sellamos con un tenedor.



    Las freímos en una sartén, y después las espolvoreamos de azúcar. Y ya tenemos un rico postre.


    Como apunte, os diré, que con un bote de crema, me da para dos paquetes de obleas bien rellenitas e incluso para tres si no le ponéis tanto relleno.

    Para mi gusto recién hechitas están bastante mejor. A lo que me refiero no es a que te las comas calientes, pero no que las hagas por la mañana para comer por la noche, si no poco antes de saborearlas.

    Probadlas y ya me diréis...

   ¡¡¡ Besicos!!!

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