jueves, 26 de febrero de 2015

Convertir una afición en tu trabajo.

   Parece mentira cómo de repente una de tus aficiones empieza de hacerse poco a poco dueña de tu vida. Ya os he comentado que siempre me ha encantado andar por la cocina, sobre todo por los recuerdos entrañables de la infancia y que recuerdan a los muchos momentos agradables con mi familia, pero esa pasión que siempre ha tenido mi madre por cocinar nunca la he tenido tan arraigada como ella, eso sí, sí que me transmitió el querer agradar siempre a los demás, y una manera fácil, pero que muy fácil... es la cocina. ¿A quién no le gusta comer? Que levante la mano quien no disfrute comiendo. Cada uno tenemos nuestros gustos, pero si descubres los de la persona a la que quieres emocionar a través del paladar y te esmeras un poco, tienes una buena batalla ganada.

    Quién me iba a decir a mí, que el hacer de vez en cuando unas pastas y algún bizcocho que otro me iba a llevar un día a ir a aprender a decorar, era una forma de tener un hobbie nuevo con el que preparar regalos diferentes para la gente que aprecio. Pero mucho menos me podía llegar a imaginar que tras varios cursos que realicé por diversión, la gente iba a estar interesada en que yo hiciera de ello mi trabajo. así que me lo empecé a plantear. Tenía ganas de trabajar y por mis años y falta de experiencia laboral era imposible de encontrar nada, así que ¿qué perdía intentándolo?

    De repente me vi envuelta en una locura de papeleos, de buscar aquí y allá, lo quería hacer todo en condiciones, no me quería arriesgar a que hubiera una intoxicación y que no tuviera mi registro sanitario y mi seguro de responsabilidad civil, quería tener todo en regla y que además pudiera ofrecer un buen servicio. Me sigo volviendo loca, porque soy de las que o se hacen bien las cosas o no se hacen y quiero ir más allá y me falta tiempo. Uffff... qué agobio de mujer... ¿verdad? jajajajaja.

    Bueno, lo que quiero decir, es que he conseguido abrir mi empresa, que no sé cuál será su futuro, que en dos meses creo que he hecho bastante y que nunca podré decir que no lo intenté con todas mis fuerzas. Que seguiré trabajando todo lo que pueda para que funcione y poder hacer que crezca si es posible, y que me tenéis para lo que queráis.

Me busquéis donde me busquéis estoy a vuestra disposición.
¡Besicos!

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