jueves, 9 de enero de 2014

Utensilios imprescindibles en repostería.

    Me hace mucha gracia cuando leo artículos sobre los utensilios imprescindibles en repostería, porque se hacen listas interminables de todo lo habido y por haber.

    Por supuesto que ahora a mí se me ocurren cientos de cosas necesarias para ello, y que cómo no, poco a poco voy recopilando. ¿Cómo podía yo no tener esto, o aquello?

   Bueno, pues por supuesto que todo viene muy bien, y que toda ayuda es poca. Pero si sólo te vas a iniciar, por ver si te gusta o no el preparar tus propios postres, no hace falta nada más que las ganas y algún que otro recipiente que otro.

    Un recipiente si tienes que batir algo, y otro para lo que vayas a hornear si es en caliente, o vayas a meter al frigo o al congelador y presentar.

    Mi madre, como todas de aquella época, batía con un tenedor, y montaba tanto claras como nata sin ningún problema. No había peso en casa, las medidas eran todas por vasos, tazas o cucharadas. Y cuando se estropeó el horno, lo solucionó comprando una cazuela especial para hacer bizcochos, que tenía un agujero en el centro, y una tapa y se ponía en el gas. Nada de mangas pasteleras, y menos boquillas, y ¿qué era eso de la lengua?, para rebañar bien, la mano en la masa, como debía de ser, jejejeje.
    Menos mal que con el tiempo y aún con crisis podemos hacernos con algún aparatito que nos soluciona y ayuda bastante.

    Los imprescindibles, los considero personales, pero os diré con los que yo empecé:

     - Báscula, ahora la tengo digital por ser más precisa, pero nos sirve cualquiera.
     - Batidora, la mía, la primera, además tenía varillas, por no montar a mano, jejejeje. Ahora ya he pillado otra, un poco mejor.
     - Vaso medidor de líquidos.
     - Molde para horno, desmontable. Que también se aprovecha para hacer tartas en frío.
     - Colador o tamiz.
     - Rodillo.
   
    Y, a partir de aquí todo lo que se os pueda ocurrir, desde diferentes moldes, flaneras, mangas pasteleras, todo tipo de boquillas, cortantes, texturizadores, rejillas, troqueladoras,... vamos, hay una infinidad.

    El problema, al menos el mío, es que esto engancha, y poco a poco todo se te hace excaso y todo te parece básico y que no te puede faltar, jejejeje.

    ¡Besicos!



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